DISCLAIMER: Lo sé la he hecho de emoción pero quería que quedara una buena segunda parte así que aquí esta la segunda parte espero os guste, se aceptan tomatazos y flores ^.^
comenten
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No sé en que momento de la tarde comencé a llorar que mis mejillas estaban bastante húmedas cuando cerré los ojos fue como exprimir las lágrimas que aun tenía, lo que comenzó como un pequeño llanto de frustración termino siendo un llanto de agonía que me dejo exhausta y entre lágrimas y sollozos perdí la conciencia con un sólo deseo "que todo esto fuese sólo un mal sueño".
En el momento en que comenzaba a dormirme, escuche el cerrojo de la puerta abrirse y una voz aterciopelada dijo mi nombre.
Yo entre en pánico y no quise mas bien no pude moverme, pensaba que si recurría a la técnica que ocupaba cuando era pequeña y tenia miedo a que algún monstruo se escapara del armario y me comiera ó cuando creía ver una sombra amenazadora en la ventana, cerré los ojos con fuerza y me cobije la cara con el movimiento más lento y discreto que pude y me mentalice que nada de lo que estaba ocurriendo era real.
Pero mis suplicas fueron en vano, ya que escuchaba unas pisadas lentas que hacían crujir el piso de madera, empecé a sudar frió, y mi corazón se aceleraba con cada paso que escuchaba, de pronto las pisadas se detuvieron y pude sentir como el dueño de esa voz aterciopelada se sentaba en la esquina inferior de la cama, sumiendo el colchón suavemente con su peso.
-Tranquila cariño, ¿crees que después de salvarte de morir ahogada te haría daño?
Su voz sonó armoniosa, casi hipnotizante, una parte de mi quería creerle, pero otra me decía que no confiara en él y que me hiciera la inconsciente.
Pero antes de que si quiera pudiera reaccionar, una mano se posó en mi hombro y me recorrió el brazo hasta mi mano que sujetaba firmemente la cobija por sobre mi cabeza y de un tirón me quito la cobija del cuerpo, el aire a pesar de ser templado, su contacto me hizo erizar la piel.
-Vamos confía en mi, levantate te he traído la cena, supongo has de estar hambrienta.
Abrí los ojos poco convencida y me encontré con la mirada curiosa de unos ojos color avellana de largas pestañas, pertenecientes a el hombre más atractivo que había visto en mi vida; su piel era blanca como el mármol y se veía tan suave y lista como la piel de un melocotón, sus rasgos eran finos y delicados pero propios de una figura masculina: su frente amplia y nariz respingada, barbilla cuadrada; sus labios finos se curvaron en una sonrisa de complicidad, que extrañamente me relajo y me dio confianza.
Él se levanto de la cama y su largo y lacio cabello color chocolate calló sobre sus hombros; él se lo recogió con una coleta y me tendió la mano, dude un momento (de hecho,dude de él menos de lo que sería normal, teniendo en cuenta que me tenía secuestrada, por alguna extraña y estúpida razón no me sentía estar en real peligro sino que me sentía protegida, algo andaba mal), pero al final terminé cediendo y tome su mano mientras me ayudaba a levantarme de la cama, ya que mis piernas estaban bastante entumidas; el contacto con su piel fue electrizante.
Me acompañó a la mesita donde el contenido de la charola había sido cambiado por una copa de vino tinto, y un plato con un filete miñón bañado en salsa y una guarnición de espárragos, que olian sumamente bien y me abrieron el apetito enseguida, él me hizo una seña de que tomará asiento en la silla, le sonreí con desgano y me senté.
-Adelante, come antes de que se enfrié.
Tome los cubiertos y comencé a cortar el filete, lo partí hasta convertirlo en diminutos pedacitos del tamaño de un bocado, luego seguí con los espárragos, mi acompañante me observaba con curiosidad pero sin decirme nada, cuando terminé suspire resignada y me metí un trozo del filete a la boca sin mucha confianza, pero en cuanto lo probé su sabor me abrió aún más el apetito y comencé a comer velozmente sólo me detenía para tomar el vino de la copa, que cada vez que se vaciaba mi compañero se movía de junto a la mesa, -donde se encontraba parado cruzado de brazos observandome-, y llenaba de nuevo la copa con más vino. Termine pronto y quedé sumamente satisfecha.
-¿Te puedo preguntar algo? Dije con timidez
-Adelante. Me respondió con tono afable
-¿Donde estoy y quien eres?
-¿No sabes quien soy? Respondió sorprendido
-No. Respondí tajante
-Supongo que el despertar en un lugar extraño es lo que te tiene así ¿cierto? Respondió, más explicándose a si mismo que a mi.
No le respondí, sólo lo mire fijamente, no sabia quien era, ni que relación guardaba con él, pero no me sentía en peligro alguno.
-Parece que es cierto, no sabes quien soy- me miró con ternura y me beso la frente- no te preocupes no te voy a apresurar.
Lo mire aún más confundida, el me dedico una cálida sonrisa y me extendió su mano.
-Vamos a caminar, ahora que es seguro.
Dude un momento, pero ese era el momento indicado para poder ver si podía salir de aquí, tome su mano y él me condujo a la puerta,me sorprendió lo raro de la llave con la que abrió era una llave dorada con pedrería de color roja, pero no me atreví a preguntar al respecto.
La puerta daba a un pasillo muy lúgubre, y largo, de su techo colgaban tres candelabros dorados que tornaba el pasillo amarillento, y hacían ver el papel tapiz de color mármol con detalles verdes viejo y desgastado, la mitad inferior de la pared estaba recubierta por paneles de madera que hacían ver aún más viejo y lúgubre el lugar; a los costados había tres puertas por lado, todas de madera pero con diferentes grabados en ellas.
Doblamos en la esquina al fondo del pasillo y entramos a un pequeño tramo lleno de retratos de hombres y mujeres vestidos elegantemente, con vestidos y trajes pomposos y antiguos, ese tramo de corredor nos llevó a un enorme y lujoso salón, de techo alto y un hermoso vitral que mostraba a cuatro dragones de diferentes colores: uno rojo, otro verde, otro más azulado y dorado; que rodeaban una flor de liz sobre una espada.
El vitral capto la mayor parte de mi atención, pero aún así no deje de hecharle un vistazo al resto del salón; había una sala de amplios cojines y sillones elegantes; de bordes dorados y tapiceria grabada; había pinturas de paisajes en las paredes entre las varias puertas de madera grabada que rodeaban el salón circular; no había ventanas, toda la luz que habia en el lugar era de parte de las lamparas de las paredes y la que entraba de la luna por el vitral.
De repente escuche que rasguñaban el vitral y pude ver la siluetaa de un cuervo que se posaba sobre la flor de lis, cuando mi compañero se torno protector colocandose frente a mi y me llevo de la mano a toda prisa hacia una de las puertas y me empujo dentro de la habitación a la que daba paso, cerrando con llave esa puerta dejandome encerrada.
Termine en el piso, a oscuras y lo unico que pude es escuchar leves siseos que venian del otro lado de la puerta, ahora mi corazón latia a todo galope en señal, de que ahora estaba segura que corría peligro......
Continuación este Domingo sin falta, comenten.
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No sé en que momento de la tarde comencé a llorar que mis mejillas estaban bastante húmedas cuando cerré los ojos fue como exprimir las lágrimas que aun tenía, lo que comenzó como un pequeño llanto de frustración termino siendo un llanto de agonía que me dejo exhausta y entre lágrimas y sollozos perdí la conciencia con un sólo deseo "que todo esto fuese sólo un mal sueño".
En el momento en que comenzaba a dormirme, escuche el cerrojo de la puerta abrirse y una voz aterciopelada dijo mi nombre.
Yo entre en pánico y no quise mas bien no pude moverme, pensaba que si recurría a la técnica que ocupaba cuando era pequeña y tenia miedo a que algún monstruo se escapara del armario y me comiera ó cuando creía ver una sombra amenazadora en la ventana, cerré los ojos con fuerza y me cobije la cara con el movimiento más lento y discreto que pude y me mentalice que nada de lo que estaba ocurriendo era real.
Pero mis suplicas fueron en vano, ya que escuchaba unas pisadas lentas que hacían crujir el piso de madera, empecé a sudar frió, y mi corazón se aceleraba con cada paso que escuchaba, de pronto las pisadas se detuvieron y pude sentir como el dueño de esa voz aterciopelada se sentaba en la esquina inferior de la cama, sumiendo el colchón suavemente con su peso.
-Tranquila cariño, ¿crees que después de salvarte de morir ahogada te haría daño?
Su voz sonó armoniosa, casi hipnotizante, una parte de mi quería creerle, pero otra me decía que no confiara en él y que me hiciera la inconsciente.
Pero antes de que si quiera pudiera reaccionar, una mano se posó en mi hombro y me recorrió el brazo hasta mi mano que sujetaba firmemente la cobija por sobre mi cabeza y de un tirón me quito la cobija del cuerpo, el aire a pesar de ser templado, su contacto me hizo erizar la piel.
-Vamos confía en mi, levantate te he traído la cena, supongo has de estar hambrienta.
Abrí los ojos poco convencida y me encontré con la mirada curiosa de unos ojos color avellana de largas pestañas, pertenecientes a el hombre más atractivo que había visto en mi vida; su piel era blanca como el mármol y se veía tan suave y lista como la piel de un melocotón, sus rasgos eran finos y delicados pero propios de una figura masculina: su frente amplia y nariz respingada, barbilla cuadrada; sus labios finos se curvaron en una sonrisa de complicidad, que extrañamente me relajo y me dio confianza.
Él se levanto de la cama y su largo y lacio cabello color chocolate calló sobre sus hombros; él se lo recogió con una coleta y me tendió la mano, dude un momento (de hecho,dude de él menos de lo que sería normal, teniendo en cuenta que me tenía secuestrada, por alguna extraña y estúpida razón no me sentía estar en real peligro sino que me sentía protegida, algo andaba mal), pero al final terminé cediendo y tome su mano mientras me ayudaba a levantarme de la cama, ya que mis piernas estaban bastante entumidas; el contacto con su piel fue electrizante.
Me acompañó a la mesita donde el contenido de la charola había sido cambiado por una copa de vino tinto, y un plato con un filete miñón bañado en salsa y una guarnición de espárragos, que olian sumamente bien y me abrieron el apetito enseguida, él me hizo una seña de que tomará asiento en la silla, le sonreí con desgano y me senté.
-Adelante, come antes de que se enfrié.
Tome los cubiertos y comencé a cortar el filete, lo partí hasta convertirlo en diminutos pedacitos del tamaño de un bocado, luego seguí con los espárragos, mi acompañante me observaba con curiosidad pero sin decirme nada, cuando terminé suspire resignada y me metí un trozo del filete a la boca sin mucha confianza, pero en cuanto lo probé su sabor me abrió aún más el apetito y comencé a comer velozmente sólo me detenía para tomar el vino de la copa, que cada vez que se vaciaba mi compañero se movía de junto a la mesa, -donde se encontraba parado cruzado de brazos observandome-, y llenaba de nuevo la copa con más vino. Termine pronto y quedé sumamente satisfecha.
-¿Te puedo preguntar algo? Dije con timidez
-Adelante. Me respondió con tono afable
-¿Donde estoy y quien eres?
-¿No sabes quien soy? Respondió sorprendido
-No. Respondí tajante
-Supongo que el despertar en un lugar extraño es lo que te tiene así ¿cierto? Respondió, más explicándose a si mismo que a mi.
No le respondí, sólo lo mire fijamente, no sabia quien era, ni que relación guardaba con él, pero no me sentía en peligro alguno.
-Parece que es cierto, no sabes quien soy- me miró con ternura y me beso la frente- no te preocupes no te voy a apresurar.
Lo mire aún más confundida, el me dedico una cálida sonrisa y me extendió su mano.
-Vamos a caminar, ahora que es seguro.
Dude un momento, pero ese era el momento indicado para poder ver si podía salir de aquí, tome su mano y él me condujo a la puerta,me sorprendió lo raro de la llave con la que abrió era una llave dorada con pedrería de color roja, pero no me atreví a preguntar al respecto.
La puerta daba a un pasillo muy lúgubre, y largo, de su techo colgaban tres candelabros dorados que tornaba el pasillo amarillento, y hacían ver el papel tapiz de color mármol con detalles verdes viejo y desgastado, la mitad inferior de la pared estaba recubierta por paneles de madera que hacían ver aún más viejo y lúgubre el lugar; a los costados había tres puertas por lado, todas de madera pero con diferentes grabados en ellas.
Doblamos en la esquina al fondo del pasillo y entramos a un pequeño tramo lleno de retratos de hombres y mujeres vestidos elegantemente, con vestidos y trajes pomposos y antiguos, ese tramo de corredor nos llevó a un enorme y lujoso salón, de techo alto y un hermoso vitral que mostraba a cuatro dragones de diferentes colores: uno rojo, otro verde, otro más azulado y dorado; que rodeaban una flor de liz sobre una espada.
El vitral capto la mayor parte de mi atención, pero aún así no deje de hecharle un vistazo al resto del salón; había una sala de amplios cojines y sillones elegantes; de bordes dorados y tapiceria grabada; había pinturas de paisajes en las paredes entre las varias puertas de madera grabada que rodeaban el salón circular; no había ventanas, toda la luz que habia en el lugar era de parte de las lamparas de las paredes y la que entraba de la luna por el vitral.
De repente escuche que rasguñaban el vitral y pude ver la siluetaa de un cuervo que se posaba sobre la flor de lis, cuando mi compañero se torno protector colocandose frente a mi y me llevo de la mano a toda prisa hacia una de las puertas y me empujo dentro de la habitación a la que daba paso, cerrando con llave esa puerta dejandome encerrada.
Termine en el piso, a oscuras y lo unico que pude es escuchar leves siseos que venian del otro lado de la puerta, ahora mi corazón latia a todo galope en señal, de que ahora estaba segura que corría peligro......
Continuación este Domingo sin falta, comenten.