Disclimer
Hola a tod@s, primero que nada les ofrezco una disculpa por el haberme desaparecido tanto tiempo, pero eso de la escuela y el estar trabajando en una novela me han dejado con una agenda muuuy apretada, tras organizarme me tienen de vuelta acá, espero sea más seguido, esta vez les regalo un pequeño relato que espero les guste. Para dudas, comentarios, chacoteos y tomatazos pueden encontrarme en twitter como @hada_24 yo siempre contesto.
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La idea no dejaba de rondar mi mente, me provocaba un sentimiento que hacia que mi estomago se consumiera en fuego y el corazón me punzaba como si lo atravesarán con un puñal. Con el paso del tiempo el vacío y melancolía se fueron apodernado de mi.
Las horas pasaban lentas y me parecía estar viviendo en un limbo donde todos mis recuerdos de alguna vida feliz regresaban a mí cómo un sueño.
Aquel cuarto dónde habitaba, ahora carecía de color alguno, los muebles polvorientos parecian a punto de desmoronarse, el aire apenas era respirable y la luz del sol no llegaba así como la electricidad, sólo me alumbraba con velas que escurrían la cera en el piso.
Ya conocía de memoria cada rincón de aquel lugar, cuatro paredes con un papel tapiz amarillento de grabados geométricos de tinta negra; una ventana cubierta con cortinas de encaje azul; una puerta de madera sin adornos y siempre cerrada; los muebles consistían en un librero del tamaño de una de las paredes, un escritorio con una silla de piel y un sillón tapizado de terciopelo verde y las velas se encontraban en candelabros esparcidos en el suelo y lejos del librero.
Los libros ya los había leido incontables veces, conocia su contenido tan bien como el del lugar donde me encontraba, no estaba muy segura de cuanto tiempo llevaba ahí atrapada, pero parecía una eternidad. Solía leer para matar el tiempo y marcar con una línea en el lomo de los libros las veces que había sido leído, algunos las lineas ya casi cubrían la superficie por completo. También solía caminar en circulos al rededor del sillón, así como un hamster se ejercitaba en su rueda. Hacía ya algún tiempo que no intentaba abrir la puerta, me había hecho a la idea de que era una perdida de esfuerzo. Porque tiempo parecía que tuviera una eternidad.
Tomé un libro y marqué por enesima vez su lomo, la historia que contenía ya no estaba muy segura de estarla leyendo o de estarla recordando, me parecía un sueño repetitivo y circular que comenzó a arrastrarme a una nada y de pronto cerré los ojos.
Un olor a humo me desperto acelerando mi pulso al límite, cuando abrí los ojos fue con terror. En un descuido solté el libro sobre un candelabro y éste incendió no sólo el libro sino también el librero, el fuego avanzaba rápido consumía los ejemplares generando más fuego.
La habitación se veía borrosa por el humo que comenzaba a ahogarme, intenté abrir la ventana para poder salir por ahí pero al correr la cortina tras el vidrio sólo encontré ladrillo, corrí a la puerta e intente forcejearla para abrirla pero fue inútil. Sentí de a poco como cada bocanada que respiraba me ahogaba cada vez más, intentaba gritar pero de mi boca no salía sonido alguno.
El fuego avanzaba rápido y constante, lo sentía tan cercano que comenzaba a percibir como evaporaba las lágrimas que corrían por mis mejillas. Prontó sentí como mi piel comenzaba a arder el olor era repugnante y el dolor insoportable, en ese instante no pude más que cerrar los ojos y rezar que el sufrimiento terminará pronto......
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《¡despertó, por fin despertó!》
《Es un milagro, debo reconocer que empezaba a pensar que nunca iba a salir del coma》