lunes, 17 de junio de 2013

DE LIBROS Y LECTURAS


Todos tenemos algún libro favorito que nos cuenta una historia apasionante, con personajes que nos despiertan sin número de emociones, tristeza, riza, adrenalina, angustia, etc. El vivir aventuras acompañando a esos personajes nos despierta la imaginación, nos ayuda a viajar sin necesidad de salir a la intemperie, de conocer realidades mágicas, de aprender de ellos y de sus vivencias. 
 


   Al abrir un libro nos encontramos con una historia que quiere ser conocida y que espera dejar algo en nosotros, claro depende cuanto seamos capaces de abrirnos ante lo que leemos.

   Hace unos años cuando yo iba a la secundaria era considerada por mis amigos como rara porque me gustaba leer y leía más libros en un año de lo que la mayoría había leído en toda su vida, sin contar los libros de texto de la primaria. En ese tiempo yo estaba fascinada por la biblioteca de mi escuela, que ahora que lo veo en retrospectiva no era muy grande pero a mí me llegó a parecer enorme, el hecho de que  gustará ir a la biblioteca en cuanto tiempo libre tuviera y que pudiese pedir prestado libros para leerlos en mi casa por las tardes me pareció lo más asombroso del mundo. La idea de que la biblioteca era de los lugares más geniales de la secundaria no era compartida por muchos de mis amigos, a quienes les interesaba algo más “real” que monstruos míticos, y lugares llenos de magia, o de ciudades futuristas, y solían hacer actividades que después me entré eran normales en jóvenes de entre 12  y 15 años, como jugar en las canchas, pasear por los patios en busca de galanes o jugar botella en los salones, entre otras actividades que si bien practique, no lo hacía como algo primordial para mí, prefería sentarme a terminar de leer un capítulo del libro en turno a jugar semana inglesa.

   Al entrar a la preparatoria las cosas no fueron muy distintas, de mi grupo de amigos era quien más leía por gusto,  y mi lugar favorito era la biblioteca, pasaba tanto tiempo ahí que llegue a ser la chica que hablaba con los bibliotecarios tanto como si hablara con profesores. El lugar donde actualmente estoy estudiando no está muy alejado de aquel lugar en el que sí me perdía por horas y mis amigos sabían en donde buscarme y seguro me encontrarían.

   Analizando mi librofilia, que durante mi vida he descubierto que es poco normal no sólo entre mis amigos, sino a nivel nacional, me considero una excepción a la regla. A continuación explicaré porque.

   Hace no mucho leí en un periódico que los mexicanos en general no leen más que 2.8 libros al año, esa cifra me pareció alarmante y más alarmante los artículos que leí después respecto al tema, donde se leía entre líneas la decepción de qué la gente en el país leyese tan poco y que no leyeran títulos de peso o de los considerados “cultos”, sino que se limitaban a leer textos como: El libro vaquero, o de esos de editoriales pobres que venden cualquier cosa sobre fantasmas, leyendas o reflexiones que hacen llorar hasta al más sensible e ingenuo.

  Analizando el panorama en el que al mexicano se le relaciona con los libros, puede ser una de las explicaciones respecto a la alarmante cifra de 2.8 libros por año que lee el mexicano. Por qué, simple desde la educación básica no nos acercan a los libros con algún incentivo más que la obligación, y si algo es bien conocido de la naturaleza del mexicano es su poca motivación ante las cosas que tiene que hacer por obligación.

  Los programas nacionales de fomento a la lectura se han reducido a regalar libros a los niños, mismos que jamás leen, y quedan arrumbados en la casa o terminan siendo vendidos junto con el periódico, o son vendidos por 10 pesos en el metro. Aunado a esto las bibliotecas públicas son escasas y la difusión de su existencia es casi nula, ejemplo de esto puedo mencionar la biblioteca cerca de mi casa que hasta hace 2 años me entere que existía desde hace 6, y las librerías no son muy amigas de los mexicanos que prefieren pagar cerca de 200 pesos al mes en televisión de paga para poder ver sus novelas en HD, que invertir la misma cantidad en un buen libro, o mejor si saben buscar en librerías de viejo hasta 3 libros que pueden ofrecerles tramas menos “choteadas” que los refritos de telenovelas de los 70´s.

   El común de los mexicanos no termina por entender que la mejor arma para evitar la manipulación política y social es abrir la mente a un buen libro. No importa si es una novela de un amor imposible, o un libro de análisis político o histórico, lo que realmente le da valor a una lectura es cuando te empiezas a preguntar el porqué de las cosas y tomas ejemplo de lo que pasa cuando se actúa de cierta manera o se implementa cierta medida. Cuando empiezas a ver que la historia futurista donde a los humanos ya no poseían emociones y lo que más disfrutaban era de los avances tecnológicos y de las creaciones científica, que no hay más enfermedades ni hambre, porque todo es sintético y ya no hay naturaleza y la que sobrevivió al cataclismo se encuentra detrás de los muros de la ciudad donde viven los protagonistas de la historia, cuando vas más allá de la lectura y eres capaz de relacionarla con lo que está pasando en la realidad y te percatas que no esta tan alejada esa historia de la época donde vivimos, probablemente nazca en ti evitar que esa historia de ciencia ficción traspase las páginas del libro y se vuelva realidad. Ahí es cuando la lectura se vuelve valiosa.
 
Sin embargo no nos enseñan en la escuela y en la casa menos, a leer y preguntarnos cosas, es más algunos están acostumbrados a leer para arrullarse, o sólo en caso de tener que hacerlo para algún trabajo escolar, se desprecia la lectura de libros, pero se aplaude la lectura de revistas de variedad y espectáculos, que no nos ofrecen nada más que un deguste visual que dura poco.
  La solución no es tan sencilla como el regalar libros a diestra y siniestra a los niños que nunca los van a abrir, sino que hay que educar para formar lectores por placer, no por obligación, el incentivar la imaginación con algo que desperté el interés, que se relacione con el ambiente en el que se vive, con la situación emocional en la que se encuentre el futuro lector. Motivar y no obligar he ahí la calve de solucionar este problema social.
   Las mejores historias son relatadas por tradición oral, pero no hay nada mejor que enterarse uno mismo de cómo fueron escritas en un principio.
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jueves, 13 de junio de 2013

ALAS AZULES

He abierto una puerta en mi mente
que dejó al descubierto un recuerdo
sobre un cuento rosa
del que quedaron trozos dispersos
en el tiempo
una sonrisa adorno mi rostro
y un suspiro alivio mi alma
cerré los ojos
lanzando un beso al aire
la paz, por fin llegó.


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El vuelo he emprendido
hacia un sueño blanco
rompiendo las barreras de las dudas
y levantándome
cada vez con más fuerza
mis alas han sido curadas
más de una vez
pero mi corazón herido
se mantuvo cálido
alimentando con esperanza
ese sueño rosa.

SALTAR AL VACIO

¿Alguna vez han tenido ese sueño donde vas por la calle caminando muy feliz de la vida y de pronto tropiezas y en el momento en el que te sientes caer al vacío,  despiertas?
  
 En ocasiones esa sensación termina traspasando el mundo de los sueños y se presenta en la realidad. En la vida hay veces en las que nos enfrentamos a situaciones que son nuevas para nosotros, que nos toman por sorpresa y nos hacen sentir que nos lanzamos al vacío, cosas para las cuales no contamos con armas suficientes para enfrentarlas y nos sentimos indefensos e inseguros ante tomar cualquier postura o decisión.
 
   Y sino tenemos armas, ¿cómo enfrentarnos a eso desconocido, sin caer al vacío?


La inseguridad y el temor a lo desconocido puede que nos frene al intentar enfrentar un problema, o incluso no siempre tiene que ser un problema, sino también en una situación donde no tengamos el control de la misma. A veces lo nuevo no tiene que ser malo, pero la sensación de caer al vacío en ocasiones nos impide ver lo bueno de las cosas.
  En ocasiones hay que ceder poca o mucha de nuestra confianza para poder sobre llevar eso que nos atemoriza o incluso lo que nos confunde. ¿Cómo conocer lo que no conocemos, si no tenemos ni siquiera el valor para acercarnos a ello?
   Sé que no siempre es fácil confiar en alguien o algo que desconocemos su naturaleza y mucho menos si tenemos fantasmas de heridas recientes. Sólo podemos confiar en nuestros instintos, ellos siempre nos dirán si estamos en el camino correcto o no. Los presentimientos y la incomodidad ante ciertas situaciones son indicadores que algo no va bien. o de que algo esta yendo por el buen camino.
   De nada sirve quedarnos en un estado de confort, si éste nos va a llevar a la inacción y con ello a ningún sitio. La naturaleza del hombre es cambiante, la esencia de una persona puede ser la misma pero no tiene que negarse la posibilidad de evolucionar buscando mejorar.
   Si bien en la vida nos encontraremos obstáculos de diferentes tamaños no podemos quedarnos estáticos ante ellos, sino verlos como oportunidades de aprender algo nuevo y mejorar, con la esperanza de que lo que hacemos nos traiga algo bueno al final.

NOSFERATU A 100 AÑOS

 ACÁ  LES CUENTO TODOS LOS DETALLES DE ESTE CENTENARIO FILM CURIOSIDADES, RESUMEN Y MÁS YO SOY LUNA Y AHORA LAS NOTAS ESTAN EN FORMATO DE VÍ...