La semana pasada les contaba sobre cómo el ser docente titular de 14 grupos y casi 300 alumnos me mantuvo bastante ocupada y dentro de lo que cabe cuerda, al menos la primera parte de la pandemia/ cuarentena/ quédate en casa/ confinamiento/ apocalipsis pandémico.
Está semana les contaré como es que me mantuve ocupada el resto de la cuarentena y cómo intento conservar mi poca cordura, no sufrir síndrome de la cabaña o morir en un atracón de chocolate por depresión.
La verdad el desacelerar el ritmo al que estaba trabajando y liberar mi tiempo fue algo que fui notando cuando en mi bullet journal comenzó a tener varios espacios en blanco, hasta que ya no tuve, cursos, cosas que calificar o material que preparar para dar clases.
En teoría eso debió de ser algo bueno, sin embargo, tenía casa llena, y ahora dormía en la sala, de hecho llevaba casi desde el inicio de la cuarentena durmiendo en el sillón, había cedido mi cuarto a tres personitas que quiero mucho, y cómo espacio para mí y mis entretenimientos tenía una mesa en un cuarto que estaba en un área común.
Así que no era cómo que me pudiera echar a la cama a leer un libro o a ver películas a mi gusto, sin embargo contaba con mi computadora, mis cosas y mi pequeño espacio para buscar algo en lo que recrearme. El verdadero problema era ¿Qué hacer?
Primero opte por continuar con lo del bullet journal, haciendo sólo habit tracker, pero llegó un punto dónde ya no le vi sentido dedicar tiempo a continuar agendando tiempo a cosas que no hacía. Ejercicio, leer, escribir, comer frutas, ver lo de mis cursos, se volvieron cosas que fui dejando de lado y ya ni las hacía, lo que llevaba a dejar en blanco hojas decoradas que sólo se quedaron ornamentales.

Así que fui el grinch un rato y me sumergí en mi propia miseria hasta que decidí leerme, hay un montón de cosas que he escrito a lo largo de los años que ni siquiera han visto la luz, una de ellas era una novela romántica que empecé a escribir en mis ratos libres en la prepa y a la que nunca le había puesto un final, porque me gustaban los dos galanes de la historia por igual. A la par me había bajado una app al celular con libros románticos interactivos, así que estaba motivada e inspirada para darle un final a esa historia, ahora la pueden encontrar en wattpad cómo Epilogo. Primer logro de cuarentena desbloqueado.
Terminé mi novela y poco tiempo después una oferta de Blizzard llegó a mi correo, el juego DiabloII estaba en descuento junto con su expansión, y pues ahí fui a comprarlo, así que invertí varias horas jugando hasta que lo terminé, mi personaje terminó su gesta con el nivel más alto posible y una bonita armadura legendaria. Segundo logro de cuarentena desbloqueado.
Al no seguir haciendo mi Bujo o Bullet Journal, sentía cierto vació y mi escritorio estaba lleno de plumas de colores, rotuladores, hojas decoradas, washi tapes y más cosas que había comprado. En Instagram empecé a seguir cuentas dónde los apuntes bonitos abundan y opte por sacar mis viejos apuntes de la facultad para pasarlos a un estilo Instagram, así que tuve otra ocupación que resulto bastante relajante. Tercer logro de cuarentena. Cuando Netflix y otras plataformas de streaming ya no bastan para pasar horas de maratón o no tienes ganas de ver nada, las viejas formas nunca fallan, un buen libro se vuelve tu compañía, y con el acceso a internet, el descargar algunos es más sencillo quitar de la lista de pendientes esos libros que había dejado postergados y sin una librería cerca es una buena opción. Retomar el habito de la lectura para conocer nuevas historias, otro logro más.
Y por suerte, con esto de vernos obligados a usar el internet más que nunca, ahora hay acceso a cultura y cursos gratis, ejemplo fueron dos que tomé, uno de Cuento Mexicano, que me dio la experiencia de ser alumna virtual, me ayudo a compartir ideas, a aprender de otros y convivir con gente del afuera; el segundo fue de creación literaria, que ayudo a que retomará la novela de vampiros que de esta pandemia no pasa que acabe, en algún momento les compartí parte del primer capítulo acá y también es culpable de que reviviera éste blog, que cómo varios saben se mantiene intermitente pero nunca cerrado.
Tal vez encontrar cosas en las que entretenerse no tiene que ser difícil, incluso despierta el lado creativo que todos tenemos, para muestra los tik toks o los reels. El verdadero problema es la apatía, la desidia y la procrastinación, esos sí son enemigos a los que vencer.
En estos meses ha habido días en los que ni me he querido parar, otros dónde el home work se me hace tedioso, dónde prefiero dormir una siesta a leer, veces que dejo alguna manualidad para otro día o la dejo a la mitad, días en los que ni me lavo la carita. Supongo que como en todo, no siempre se esta de humor para ponerle buena cara al encierro.
Claro hay días mejores que otros y con la experiencia de un año horrible, dónde también tuve que parar mi ritmo de vida, cuidar mi salud y dónde aprendí mucho de mi misma y sobre todo a que no tengo que desistir, no puedes dejarte vencer, cada día es una oportunidad de hacer algo.
Muchas veces basta con cumplir pequeñas metas, para ir generando hábitos, arreglarnos para nosotros, pintar tu cabello de colores sólo porque ahora puedes, leer dos páginas al día, una video llamada, intentar un platillo, hacer un baile para tik tok, cantar un cover y subirlo a Youtube (los míos los pueden encontrar en La Rockola de Luna).
Sé que han sido difíciles para todos estos meses tan extraños, dónde se nos ha sacudido nuestro modo de vida, pero no estas sól@, todos estamos pasando lo mismo, hay que generar empatía entre los que estamos en casa y promover que los que salen se cuiden.
Desde aquí quiero expresar mi más sentido pésame a ti si has perdido a alguien en esta pandemia, te mando un abrazo, no pierdas la esperanza de que todo pasará. Lleva tu duelo, pero no dejes que eso te tumbe, da lo mejor de ti cada día.
Cuídate y cuida a los tuyos, comparte tu tiempo y disfruta tu tiempo. El quédate en casa a veces parece sentencia condenatoria, sin embargo hay que verlo como un reto, una oportunidad, algo nuevo que explorar, algo que sin dudas nos va a cambiar pero de nuestra cuenta va que sea para bien.