De pronto una ola grande me tomo por sorpresa y me derribo de pronto me vi envuelta por el agua y no lograba salir a la superficie, no era muy buena nadadora y mis escasos conocimientos sobre el tema no me estaban ayudando en nada, el agua entraba por mi nariz y mi boca que intentaba pedir ayuda, que estupida me sentía ahora, sabía que que no había nadie cerca que me había metido en un gran embrollo que literalmente me estaba undiendo.
Ya me estaba resignando a que nadie vendría en mi ayuda y que si corría con suerte encontrarían mi cuerpo en la playa por la mañana -Sí, sé que sonaba fatalista, pero ¿qué más podía pensar en un momento así? - termine cediendo a la fuerza del agua y como último suspiro el aire fue remplazado por una gran bocanada de agua y todo se oscureció.......
Abrí los ojos con pereza, ¿habría sido un sueño?
Se sintió bastante real. Respire lo más profundo que mis pulmones me lo permitieron, me toque el pecho esperando sentir el latir de mi corazón y su latir fue como música para mis oídos.
Una vez comprobados mis signos vitales, me dedique a examinar todo a mi alrededor, estaba sobre una amplia cama con sabanas blancas que reflejaban la luz del sol que se colaba por el enorme ventanal de la habitación, el tapiz de la paredes era viejo y tenia un color muy semejante a la madera vieja, la habitación era pequeña ya que aparte de la cama sólo había una mesita en la esquina en enmedio de las dos puertas una a cada extremo de la habitación.
Regresé curiosa la mirada a a mesita donde se encontraba una charola plateada con una tetera de porcelana blanca pintada con flores azules junto con una taza que hacia juego con ella y un plato grande con pan tostado y fruta. Recargado enfrente de la charola se encontraba un sobre color crema con mi nombre escrito con elegante letra cursiva.
Me levanté algo confundida, ya que ese no era mi cuarto; es más, no tenia ni la más remota idea de donde me encontraba. Tal vez la nota aclararía un poco donde estaba, el salir de la cama me lleve una sorpresa más al notar que llevaba la misma ropa que portaba en el sueño, aunque ahora empezaba a dudar que fuera un sueño.
Me acerque a la mesa y tome el sobre, estaba sellado con cera- la figura era una bonita rosa atravesada por una W- despegue con cuidado el sello, la letra de la carta era cursiva pero legible y muy elegante y decía:
Luna:¿Qué no entrara en pánico?... eso sería difícil tomando en cuenta que estaba en quien sabe donde, en casa de quien sabe y lo único que tenia para sobrevivir hasta nuevo aviso era un montón de té, pan tostado y fruta picada.
Por favor no entres en pánico, estas a salvo, te he dejado el desayuno espero comas con confianza, aquí encontraras dos puertas, la de color madera la encontraras cerrada, no te alteres lo está por tu seguridad, la blanca da a un vestidos y al baño, sientete libre de tomar las prendas de tu agrado. Espero presentarme pronto en persona.
Me asomé por el ventanal y todo lo que pude ver era un risco y el mar, el seguro del ventanal no estaba puesto, claro, quien me haya traído aquí sabe que no soy tan estúpida como para querer saltar al risco.
¿Qué podía hacer? No tenia forma de comunicarme con el exterior, di miles de vueltas en el pequeño curto, forcejeé varias veces la puerta pero todo intento resulto en vano y mi estomago pedía- más bien exigía- algo que digerir, con desconfianza me acerque a la charola con comida y olisquié todo buscando algún olor que me diera desconfianza, suspiré de resignación, meneé la cabeza en señal de decepción, tal vez tuviera veneno la comida pero mi estomago suplicaba que me arriesgara.
El pan estaba frió y algo chicloso pero eso se compenzo con la mermelada de zarzamora que estaba deliciosa, el té era de jazmín y tenia un sabor delicado y también estaba frió, la fruta era fresca: rebanadas de manzana -que ya estaba algo oxidada- fresas, melón y arándanos, si esa iba a ser mi ultima cena al menos estaba muy buena.
Con el estomago tranquilo mi cerebro comenzó a trabajar mejor y por más que desmenuzaba mi día anterior de incluso lo que creía era un sueño, no encontré nada que fuera causante de estuviera ahí, es más siguiendo los hechos ni siquiera debería estar viva.
Al final decidí desistir y dejar de deshacerme los sesos y me dirigí al vestidor que era bastante amplio tenía mucha ropa en bolsas y fundas colgadas, todo ahí olia a nuevo incluso los zapatos, no se veían ni siquiera desgastados de la suela, todo era muy elegante, las fundas colgadas tenían dentro vestidos tipo cocktel, las bolsas en las repisas blusas y faldas de telas delicadas. Al final me decidí por un vestido negro de tirantes y cuello en forma de corazón que me llegaba un poco abajo de la rodilla y unos botines negros de tacón.
Tomé una larga ducha caliente con la intención de relajarme y esperando que fuera lo que tuviera la comida hiciera efecto pero no pasa nada, desepcionada salí de la ducha y me vestí; salí del vestidor y me di cuenta de que ya estaba por caer la tarde, me acerque a la ventana y me quede mirando fijamente el horizonte hasta que se me entumecieron las piernas por estar tanto tiempo parada y me senté al borde de la cama y seguí contemplando el horizonte hasta que el ultimo rayo de sol se desvaneció en la oscuridad de la noche, la habitación quedo a oscuras y yo me tendí en la cama.
No sé en que momento de la tarde comencé a llorar que mis mejillas estaban bastante húmedas cuando cerré los ojos fue como exprimir las lágrimas que aun tenía, lo que comenzo como un pequeño llanto de frustración termino siendo un llanto de agonía que me dejo exhausta y entre lágrimas y sollozos perdí la conciencia con un sólo deseo "que todo esto fuese sólo un mal sueño".
En el momento en que comenzaba a dormirme, escuche el cerrojo de la puerta abrirse y una voz aterciopelada dijo mi nombre.