jueves, 4 de julio de 2013

DE SAPOS Y PRINCIPES AZULES


Estaba tomando un café en la terraza de una cafetería en una plaza comercial, cuando se sentó en la mesa de junto un grupo de amigas, que no pasaban de los 16 años. Su plática no me habría incumbido si no fuese por dos cosas que ocurrieron en los 30 minutos que permanecieron en el local. La primera el volumen de voz con el que se comunicaban, no sólo llamaron mi atención a su plática sino que también la de muchos de los que ahí estábamos, algunos las callaban de vez en cuando pero a ellas no les importo y continuaron con su discurso público. La segunda cosa que me hizo prestar más atención de la socialmente correcta a su plática fue el tema central de ella, una de las chicas al parecer estaba pasando por un tipo de duelo que al menos muchos hemos vivido una vez, le habían roto el corazón.

  La visita a la cafetería era una mesa redonda para analizar el hecho, la chica en duelo estaba segura de que había perdido al amor de su vida ya que llevaba más de un año con su pareja y no podía creer que el chico en cuestión ya no la quisiera (porque al parecer él había terminado con ella). Sus amigas aparte de cumplir función como pañuelo de lágrimas, no dejaban de opinar al respecto de lo que decía su amiga, “era el amor de su vida”, unas estaban a favor de que intentará regresar con el chico y le pidiera una segunda oportunidad; otras más estaban a favor de que lo empezará a olvidar y que lo superará, indicándole que había más hombres en el mundo que él.

   La media hora fue un debate entre las amigas sobre si el primer amor es el bueno y si tenían que buscar por más tiempo y seguir besando sapos hasta encontrar al príncipe azul. Sinceramente en ocasiones, más de las que quisiera, he tenido el dilema que las chicas debatían, y más de una vez me he preguntado: ¿Existe el príncipe azul o sólo hay sapos no tan malos y entre ellos hay algunos que valen la pena?

  Las chicas de 15 años buscan un príncipe azul, ellas no ven más que el modelo clásico que termina en un matrimonio feliz por los siglos de los siglos, expectativa que cambia un poco después del primer rompimiento, en ocasiones ya a los 20’s  las experiencias, que pueden ser muchas o pocas, pero valiosas hacen que uno se centre en lo que en verdad quiere, o al menos eso en teoría. Pasando los 18 hay algo que cambia y ya no buscamos el típico noviazgo de “manita sudada”, buscamos experimentar y disfrutar el momento.  Pero conforme pasan los años y la experiencia se acumula, las cosas que buscamos van cambiando hasta ir pensando en establecer una relación formal.

   Lo cierto es que sin importar la etapa en la que estemos, de ensoñación, experimento o formalización; siempre solemos preguntarnos si con el hombre con el que nos estamos relacionando es el correcto, o sólo un ave de paso.

   Hay veces que encontraremos en el hombre en turno cualidades que nos gustaran y que pondremos en nuestra lista de virtudes que debe poseer en el hombre de nuestros sueños, y también encontraremos defectos que nos calaran hasta los huesos y que buscaremos no encontrar en ninguna otra pareja potencial a lo largo de nuestra vida. El hacer eso es perfectamente normal y de hecho sería lo idóneo, los problemas se presentan cuando ensoñamos demasiado y comenzamos a buscar un hombre que pertenece más al mundo de lo irreal que al de los simples mortales, haciendo la búsqueda cada vez más difícil, porque las expectativas son demasiado altas para que un hombre normal las cumpla.

   Supongo que a veces es bueno dejarse llevar por la magia del enamoramiento y el juego de la seducción, y el hecho de que nos lleguen a romper el corazón es algo que no podemos evitar, pero algo de lo que estoy segura es que hay que ser realistas y estar consientes que el hombre perfecto no existe, pero el compañero ideal sí y que está en algún lugar buscando también a alguien con quien compartir su vida. Y que para poder encontrar a ese compañero ideal pasaran años, o tal vez meses pero llegará cuando estemos listas, y aún cuando ya esté en nuestras vidas no podremos saberlo al instante sino que el tiempo y el cómo llevemos la relación día con día, nos darán pistas de si vamos por el camino correcto o no.

   Algo que nunca hay que olvidar es que: mientras llegue el indicado, no hay que andar por la vida buscando ideales, ni tampoco encerrándonos en casa esperando a que aparezca por la puerta, sino que hay que continuar disfrutando de la vida y no ignorar las oportunidades que se nos presentan. Quien sabe tal vez la vida nos sorprenda cuando menos lo esperemos.

 

martes, 2 de julio de 2013

LA LITERATURA "CONTEMPORANEA"


Algunos de mis amigos a quienes quiero y aprecio mucho me han dado a leer algunos de sus escritos pidiendo mi opinión sincera. En esas ocasiones yo no puedo dejar de sentirme alagada, ya que al pedirme su opinión es porque les importa, pero tampoco deja de preocuparme el dar mi crítica ya que mi estilo de escritura es muy diferente al de ellos y temo errar al dar mi opinión.

  Además yo misma como escritora suelo tener más miedos que aciertos al momento de escribir.

   Mi estilo, criticado por muchos y amado por otros tantos, no es de letras rebuscadas, es de letras simples, cotidianas, amables. Algunos me han indicado que a veces escribo como hablo, y que mi literatura debería ser más cruenta y real, e incluso que debería de ser más seria.

  Esos comentarios en ocasiones me hacen cuestionarme no sólo a nivel metodológico sobre mi labor al escribir, sino que en ocasiones me hacen cuestionarme sobre mi forma de ver la vida y de describirla.

   Y eso es un problema mayor ya que me lleva a preguntarme: ¿en qué lugar me debo de ubicar en la literatura que se ha estado gestado en los últimos años?

   Así que para resolver esa interrogante fui a una librería con el fin de encontrar un patrón que pudiera englobar lo que se está produciendo en cuanto a literatura, en estos años. Mi búsqueda fue fructífera y un tanto agotadora, la variedad de géneros y títulos era inmensa que no pude en una tarde verlos todos.

  A mí me agrada la idea que la literatura refleje un poco de la "realidad" que vive el escritor, su entorno y sociedad, y eso es lo que encontré en varios libros que al menos eso pretendían. En los títulos que halle encontré similitud con los encabezados de los periódicos y de las revistas políticas, o incluso en la breve descripción de portada de algún otro libro con titulo dramático se podía encontrar relación con la sociedad violenta y corrupta que vivimos en el país.

  Pero también soy de la idea que un libro tiene que revelar un poco del alma humana, y debe de tener una relación con su imaginación y esa habilidad de poder crear algo que vaya más de su realidad, pero lo más importante para mí es que el lector encuentre algo con lo que se identifique y lo haga parte de su vida.

  El hecho de que los libros que se estén produciendo tengan un tinte de política amarillista, me produce cierta incomodidad, no sólo porque no aportan más que critica un tanto vacía respecto a los políticos, y los libros que en verdad encierran un análisis poco más serio de los acontecimientos lo hacen desde la perspectiva periodístico pero al hablar del presente cercano no pueden hacer más que especulaciones en ocasiones no tan bien sustentadas, lo que los llevan a no aportar o no plantear una solución real, algo donde mueva al lector a tomar acción en búsqueda o implementación de una solución a los problemas que vivimos actualmente, sino que en ocasiones sólo lo dejan a que el gobierno cambie o a que se tomen medidas que no atañen en acción directa a los lectores.

   En realidad pocos libros he visto que plantean una visión crítica respecto a lo que plantean, en ocasiones sólo se limitan a dar descripciones sórdidas respecto a los hechos que narran, sin darle la profundidad que merece eso temas. El giro que esta tomando las historias que se cuentan en este momento se alejan demasiado de las novelas rosas o de fantasía, que no digo que este mal, exploran un lado de la escancia humana, que por desgracia es el más común en la actualidad, que es la sordidez el problema que veo al respecto es que los valores se han perdido y los protagonistas pasan de ser personas que se sobreponen de las adversidades con las que cualquiera se puede identificar, a ser entes corruptos que se dedican al crimen y pasan de ser ejemplo (en el mejor de los casos) a ser foco del morbo colectivo que despiertan.
     
   Al volver a mi dilema primero: ¿en qué lugar me debo de ubicar en la literatura que se ha estado gestado en los últimos años?

  Yo sé que como escritora joven aún me falta mucho camino por recorrer pero también sé que tengo que continuar trabajando para ofrecer a los lectores algo con lo que se puedan identificar y les deje algo, ya sea un momento divertido, un momento mágico o un momento reflexivo. Mi propuesta siempre ha sido intentar rescatar un poco esa literatura que es creadora de mundos, realidades, pero que sin embargo los personajes por más sobrenaturales que sean mantengan un poco de lo que podríamos llamar esencia humana, de la que podamos aprender ya que se ha estado perdiendo y corrompiendo.
 
En ocasiones la fantasía dice más de los anhelos de un hombre que lo que dice cómo verdad.

UNA TARDE DE LLUVIA


Llovía a cantaros y me fui a refugiar al Tórtola, un local al que ya se me había hecho costumbre ir por las tardes después de clases, para tomar un café y hacer las lecturas de la semana.

   Éste sitio me parecía bastante seguido más relajante que la biblioteca. El olor que despedían el café y el pan recién horneado envolvían el local relajándome, además los murmullos del gentío callaban mi mente. Lo contrario a la biblioteca de la universidad, que con su enfermizo silencio le dejaba a mi mente bastante espacio para hablar con migo y eso no era algo que me gustara hacer muy seguido desde hacía ya algún tiempo. Era bastante irónico el caso, antes ese era mi lugar preferido en el mundo y ahora le rehuía lo más que podía. Pero lo único que no cambiaba era mi amor por la lectura. Ese amor me había llevado a estudiar letras hispánicas en la facultad de filosofía y letras en la UNAM, al sur de la ciudad.

   Entre al local cerrando mi paraguas, tomé asiento en una de las mesitas que daba a un ventanal con vista a la avenida. Comencé a hojear el menú, que ya casi había memorizado por completo, estaba a la espera de que alguna mesera  llegará a tomar mi orden, cuando escuche una voz muy familiar que hizo mi corazón se detuviera por un instante.

   -¿Disculpe señorita, puedo tomar su orden?

   -¿Xavier?- al principio no caí en cuenta hasta que lo vi bien-¡¡¡ Xavier que gusto verte!!!

   Y lo abracé en un acto automático

   -¿Que sorpresa encontrarnos así, no? Me dedicó una gran sonrisa.

   -La verdad es que si, yo vengo a este lugar casi a diario y nunca te había visto, ¿cuándo llegaste?, por qué no me avisaste para irnos a dar una vuelta por la ciudad. Mi entusiasmo era notorio en mi tono de voz, y eso pareció alegrarlo.

   -De hecho llegué ayer en la noche y me estoy quedando en el depa que tiene mi tío arriba de la cafetería. No te llamé porque quería sorprenderte, y parece que funcionó.- Me guiño el ojo.- Me alegra que hayas reaccionado tan entusiasmada.

   Le dedique una sonrisa algo nerviosa.

   -¿Tu tío, tiene un depa aquí?

   Pregunté, rompiendo el breve silencio, intentando desviar la conversación

   -Sí, mi tío es el dueño de la cafetería

  -Guau ¿qué pequeño es el mundo, no?

  -Bastante, y ¿cómo has estado?

  -Mejor…- Le dedique una sonrisa, claro que me encontraba mejor ahora, al menos me sentía mejor que hacía un año, y mejor que hacía unos meses.

  Me miró detenidamente, esperando encontrar algo en mi rostro que le permitiera saber si le mentía o era honesta, al final me devolvió la sonrisa.

   Esa tarde me la pase en la barra de aquella cafetería, platicando con Xabi, quien había llegado a mí como una gran luz que iluminó mis días grises a partir de esa tarde lluviosa.

    Para tranquilidad de muchos de mis amigos y familiares en este tiempo no me había convertido en una ermitaña huraña. De vez en cuando socializaba en mi salón de clases, e incluso me llevaba bien con algunos compañeros, pero no había alguien que se ganara lo suficiente mi confianza para pasar a ser considerado un amigo cercano.

   En cambio en muchas ocasiones prefería estar sola con un buen libro. Pero también procuraba mantener la comunicación con mis viejos amigos del bachillerato. A Tamara la veía seguido, estaba estudiando psicología y su facultad estaba a pasos de la mía, así que solíamos reunirnos para comer o para ir al cine o de compras. A veces nos acompañaba su novio Leonardo, quien estudiaba la misma carrera que mi amiga y cuando podía llevaba a algún amigo suyo para que no me sintiera incomoda ante las muestras de cariño que le propiciaba a mi amiga. Sinceramente me daba gusto ver feliz a mi mejor amiga.

   También solía ver a los otros chicos, Martín estudiaba medicina y cuando iba a su facultad íbamos a desayunar juntos para ponernos al día. A Lucas y a José los veía seguido en los pasillos de la facultad, ellos estaban estudiando historia, éste dúo siempre lograba ponerme de buenas, y las platicas con ellos a veces se extendían por horas.

   En fin aunque no los veía tan seguido como quisiera, sabía que mis amigos estaban ahí y no estaba tan sola, aunque a veces me sintiera así.

   El tiempo pasaba tranquilo e incluso a veces un poco monótono, iba de la universidad a mis tareas, que en muchas ocasiones hacía en la cafetería de mi amigo con quien compartía algunas anécdotas, y de ahí a mi departamento; donde en ocasiones me invadía la soledad.

   En estos dos últimos años, había adquirido una forma de vivir en el intento, sí, intentaba superar muchas cosas que me habían pasado pero no lograba llegar a completar la misión.

  Había fantasmas que aún me atormentaban, y que se negaban a irse completamente. Era una herida semi cicatrizada. Y al menos ya no necesitaba medicamentos para alejar a esos fantasmas, ya me era cada vez más sencillo alejarlos por periodos largos. El problema era cuando reaparecían, en ocasiones no podía dormir por días, y cuando eso pasaba terminaba adelantando la tarea para la semana y caminando por la vida como zombi, acompañada de un termo enorme de café.

   Mi salud mental era frágil así que procuraba mantenerla estable por mí misma, no siempre era fácil, pero. ¿Qué más podía hacer?

NOSFERATU A 100 AÑOS

 ACÁ  LES CUENTO TODOS LOS DETALLES DE ESTE CENTENARIO FILM CURIOSIDADES, RESUMEN Y MÁS YO SOY LUNA Y AHORA LAS NOTAS ESTAN EN FORMATO DE VÍ...